Mi nombre es María Luisa Flores y a la edad de 31 años he decidido reinventarme, supongo que alguna vez todos hemos pasado por ese momento en el que toca sentarse a pensar ¿Y ahora qué hago? ¿Para dónde voy? ¿Qué coño quiero ser cuando sea grande? Pues si amigos, hace un par de semanas que me encuentro en este punto. ¿qué por qué?
Todo comenzó hace unos 4 meses, algunos de ustedes me recordaran como la modelo, que además fue presentadora, que además es actriz (o lo intenta). Seguramente habrán leído alguna entrevista donde cuentan de mi vida como modelo por todo el mundo y habrán visto alguna foto sexy por allí en una publicidad de ropa interior o de trajes de Baño con el pelo larguísimo y super maquillada. Pues si esa soy yo, o era, porque definitivamente las cosas han cambiado. Hace 4 meses tuve un pequeño accidente, se me explotó un encendedor de esos tan bonitos que venden en la calle, ¿saben cuáles son? esos de plástico, igualitos a los pequeños, pero tamaño familiar, esos que uno ve y piensa, tan lindo y con este tamaño ¡te imaginas lo que me durara, buenísimo!. ¡CUIDADO! Son un peligro, ese encendedor tan bonito, me mando para la clínica 2 meses con quemaduras de 2do y 3er grado, me tuvieron que hacer injertos , así que si tienen uno ¡ENTIERRENLO!, no vuelvan a comprarlo y diganle a sus amigos que hagan lo mismo.
No se preocupen que afortunadamente, y a pesar de que se quemo toda, mi cara esta muy bien, solo me quedan unas pocas manchas. Ahora lo que se esta recuperando lentamente es mi brazo derecho y la zona del pecho, tengo algunas cicatrices que espero desaparezcan con el tiempo. ¡Ah! y por supuesto me toco cortarme el pelo porque de allí sacaron la piel para los injertos, ahora soy una chica de pelo corto, que vive en la ciudad perfecta (Bogotá) porque me puedo dar el lujo de salir con cuello alto y mangas largas sin llamar la atención y sin que se note absolutamente nada, maravilloso ¿no?
Cuando salí de la clínica, no tenía ni idea de que hacer, tenía unos ahorros, me debían unas regalías de algunos comerciales y nada mas. Una amiga a la que quiero mucho, me ofreció trabajar con ella en un proyecto muy hermoso, del que no tenía ni idea de nada. Ibamos a hacer objetos de decoración interior con plantas, yo estudie diseño interior en Venezuela, así que supuse que ya tenia la mitad del trabajo hecho porque sembrar plantas debía de ser facilísimo. Nada mas lejano a la realidad, las plantas son seres vivos y como tal tienen necesidades, no pueden vivir en cualquier lugar y se deprimen igual que tú sino están en el lugar adecuado. Pero igual me lance al agua, pasamos dos meses buscando ideas, haciendo pedidos por Internet, visitando viveros y la verdad todo se veía muy bien, creamos nuestros primeros objetos el 15 de diciembre y contra todo pronóstico tuvimos buenas ventas antes de navidad. Así que yo me fui tranquila para mis vacaciones.
Había decidido ir a España, no veía a mi papá desde hacía 6 años y la verdad es que nos conocíamos bastante poco, así que me monte en un avión y me fui directo a Granada a pasar varias semanas con él y su familia. Cuando uno pasa por situaciones críticas tiene claro cuales son las cosas importantes, por supuesto, no había tomado en cuenta que la que paso por esas situaciones fui yo y no mi papá. No voy a entrar en detalles, solo les diré que no funcionó como esperaba, ese quizás fue el problema, que esperaba demasiado de una persona que conozco muy poco. Las cosas fueron de mal en peor y el 23 me tocó llamar a un amigo director que muy gentilmente me recibió en su casa y me invitó a pasar las navidades con su familia, debo decir que terminó siendo una familia encantadora, hasta me hicieron plato vegetariano y eso en La Madre Patria, donde todo es a punta de mariscos y jamones, no es una tarea fácil. Mi viaje igual fue fantástico, Valencia me pareció una ciudad preciosa, me comí todo el pan, el aceite de oliva y los quesos que mi organismo pudo soportar, de allí me fui a Madrid y a mi dieta le sume cuanto churro con chocolate me encontré en el camino, tortillas de papa y mas pan con tumaca y queso manchego, las aceitunas por supuesto fueron parte del festín, al igual que los pimientos asados. El vino nunca falto y el orujo se presento en mi mesa en varias ocasiones.
Al regreso a Bogotá los kilos de mas se hacían notar, pero valió la pena, además como nadie me estaba esperando para hacer la super campaña de nada, por primera vez en mi vida comí sin remordimiento alguno. Venía con la energía renovada, lista para sembrar matas y hacer pedidos por Internet, pero mi amiga se quedo aquí y su energía no estaba tan renovada, durante ese tiempo había decidido que realmente lo que quería no era lo que yo podía ofrecerle, necesitaba, mas que alguien que trabajara en la parte creativa, a una persona que se dedicara a la producción y los números y ese nunca ha sido mi fuerte. Me tocó preguntarme, una vez mas, que quería ser cuando fuera grande.
Al regreso a Bogotá los kilos de mas se hacían notar, pero valió la pena, además como nadie me estaba esperando para hacer la super campaña de nada, por primera vez en mi vida comí sin remordimiento alguno. Venía con la energía renovada, lista para sembrar matas y hacer pedidos por Internet, pero mi amiga se quedo aquí y su energía no estaba tan renovada, durante ese tiempo había decidido que realmente lo que quería no era lo que yo podía ofrecerle, necesitaba, mas que alguien que trabajara en la parte creativa, a una persona que se dedicara a la producción y los números y ese nunca ha sido mi fuerte. Me tocó preguntarme, una vez mas, que quería ser cuando fuera grande.
Comencé a pensar ¿qué es lo que más me gusta hacer en la vida?, ¿cuál es el único tema en mi conversación que es inagotable?, ¿ qué es en lo único en que pienso al levantarme? y una voz me habló desde el fondo de mi corazón: COMER Malu, te encanta comer y cocinar y probar cosas nuevas. Sí efectivamente arriba leyeron que soy vegetariana, hace dos años que lo soy (las razones se las contaré otro día) y he probado de todo en esta vida, cada oportunidad que se me presentó de comer algún bicho extraño, alguna fruta, insecto o reptil la aproveche, así que se perfectamente de lo que me pierdo y no lo extraño para nada. Si no comiera delicioso no sería vegetariana, descubrí que en los productos del reino vegetal hay cosas alucinantes que en estas latitudes ignoramos, no se ofendan, los latinoaméricanos no sabemos como prepararlas y mucho menos como comerlas, pero estamos aprendiendo.
Claro que se cocinar, pero para pocas personas. En mi vida no he tenido que manejar 8 sartenes al tiempo, no puedo picar una cebollas en segundos y no tengo ni idea de cómo decorar un plato, pero se reconocer que tengo muy buena sazón porque me encanta comer bien, porque tengo puntos de comparación muy altos porque he comido en restaurantes de 3 y 4 tenedores demasiadas veces para alguien de mi edad.
Decidí que debía estudiar cocina, comencé investigando que escuelas había en la ciudad, me hice la idea de un par de sitios que me gustaron y me fui a hablar con un amigo Chef, el fue el primer cocinero de Donostia en la Macarena y es uno de los dueños, lleva muchos años en este oficio y es una persona a la que realmente aprecio.
Le llame por la tarde para contarle que iba a cenar en su restaurante con varios amigos en común y me dijo que se nos unía. Llegó la noche y mi novio y yo fuimos los primeros en llegar junto a Tomas, así que tuve oportunidad de hablar con él antes de que llegara el gentío. Básicamente me cambió los planes, me dijo que la cocina es un oficio y que se aprende cocinando, que las escuelas aquí son para chinos (en colombiano significa muchacho joven, chamo o escuincle, depende del país) que no saben diferenciar el cilantro del perejil, o algo así, y me invitó a entrar de pasante en las cocinas de Donostia y Tabula(el restaurante del al lado, de los mismos dueños, incluido Tomas). Por lo que me contó, después de pasar uno o dos semestres en una cocina, el chef te puede referir a otro restaurante y el Chef de ese lugar a algún otro y así te vas haciendo un currículum, luego con eso puedes o hacer un postgrado en otro lugar del mundo o pedir pasantías en algún restaurante que te interese en cualquier punto cardinal del planeta. Como se imaginaran no tuve que pensarlo mucho, así que mañana comienzo mis pasantías en Donostia y Tabula.
Decidí escribir este Blog para compartir con los amigos, y el que se quiera pegar, a esta nueva experiencia de mi vida, aclaro que el camino de la actuación no es un capítulo cerrado en mi vida y que puede pasar que en algún momento comience a alternar las dos cosas.
En todo caso deseenme suerte, mañana me enfrentaré a un nuevo e importante reto en mi vida.
¡Mañana es mi primer día como pasante de cocina!
