Esta semana me regresaron con mi querido Jeisson, resulta que Tortuga tuvo una hermosa bebe, se llama Luciana, así que a LA COCINA de Donostia pasaron a Nico y a Rodrigo, dos pasantes que podían quedarse también para el turno nocturno, estarán a cargo por estos días de la sección de Tapas y acompañantes calientes. Así que como podrán imaginarse estoy nuevamente limpiando y porcionando carnes y pescados y haciendo los postres de los dos restaurantes.
El señor Chef, tras el éxito del último menú de maridaje, ya comenzó a organizar el próximo, para ello inició algunas pruebas la semana pasada y yo he estado feliz ayudandole por dos motivos, el primero es que trabajando con Alejo se aprende un montón, ya les había dicho que él es sumamente generoso con el conocimiento. El segundo, aunque un poco menos altruista bastante comprensible, es que me pude librar de limpiar las carnes con Jeisson por un rato, si ya se que suena perezoso, creanme que no es así, la realidad es que para un vegetariano es bastante rudo ese trabajo, igual se me acabo la guachafita porque esta semana cometí un error garrafal.
El señor Chef, tras el éxito del último menú de maridaje, ya comenzó a organizar el próximo, para ello inició algunas pruebas la semana pasada y yo he estado feliz ayudandole por dos motivos, el primero es que trabajando con Alejo se aprende un montón, ya les había dicho que él es sumamente generoso con el conocimiento. El segundo, aunque un poco menos altruista bastante comprensible, es que me pude librar de limpiar las carnes con Jeisson por un rato, si ya se que suena perezoso, creanme que no es así, la realidad es que para un vegetariano es bastante rudo ese trabajo, igual se me acabo la guachafita porque esta semana cometí un error garrafal.
Resulta y acontece que Alejo me pidió que le ayudara haciendo un caramelo para una tarta Tatin de piña que estaba ensayando, yo toda orgullosa salí corriendo a hacer mi caramelo, medí mis dos tazas de azúcar, mi taza de agua y mi chorrito de limón(esta es la proporción par el caramelo) las serví con muchísimo cuidado en la olla, evitando que salpicaran cristales de azúcar en las paredes de la misma ( por alguna razón química que desconozco cuando quedan cristales en las paredes de la olla el caramelo se cristaliza), luego agarre mi olla y la puse en el fogón a fuego medio, con mucho cuidado tan pronto el agua comenzó a hervir, fui esparciendo en el borde de la olla cucharaditas de agua para que se despegaran los cristalitos que salpicaban. Pasaron 5, 10, 15 minutos y aunque el azúcar se quemaba no se derretía, preocupada llame a Alejo, este vino corriendo a auxiliarme, nadie entendía en LA COCINA que estaba pasando, Alejo le puso más agua a la mezcla y nada, luego le echamos la culpa al azúcar, esa semana había tocado comprar otra marca porque el proveedor nos había quedado mal, seguro que tenía tantos químicos que por eso no se derretía, mas limón y nada, hasta que finalmente Alejo la probó, resulto que no era ¨solo azúcar¨, era azúcar con sal. Bueno esta que les escribe no hallaba en donde meterse, quería que me tragara la tierra. Luego descubrí que no todo fue culpa mía, yo agarre el tarro del azúcar donde alguien seguramente había echado sal por equivocación, mi error fue que no lo probé. Se imaginaran que el Señor Chef me mando de regreso donde Jeisson a limpiar rodillas de cerdo mientras el mismo hacía su caramelo. ¡Fue Horrible! Me sentí como una niña a la que le dan un caramelo, valga la redundancia, y luego se lo quitan.
Para olvidar el rato amargo me compré un libro maravilloso que les quiero compartir, se llama COCO, en este libro ¨10 Maestros internacionales de la cocina eligen a los 100 mejores chefs¨. Cada uno de estos chefs nos ofrece un menú con las recetas de sus mejores platos y al final los 10 maestros nos regalan, cada uno, una receta emblema de su cocina. Además hay una pequeña biografía de cada chef y una nota de introducción donde los maestros nos cuentan porque han elegido a ese chef en particular. Maravilloso.
Que descansen en Semana Santa...